Selección por competencias

El sistema de selección de candidatos para un empleo no se centra sólo en los conocimientos técnicos sino también en nuestras capacidades y habilidades, saber qué es lo que quieren nos ayudará a encontrar un empleo.

Cuando doy clases de Derecho me doy cuenta de que en un momento de crisis económica como el actual donde multitud de licenciados y graduados en Derecho buscan una oportunidad laboral puede ser de interés conocer qué competencias son más adecuadas para seleccionar a un abogado. La selección de recursos humanos por competencias conlleva el análisis de las características del puesto de trabajo y de las competencias, como habilidades y conocimientos de los candidatos. De este proceso de selección dependerá la calidad de la gestión y del trabajo desarrollado en el despacho una vez incorporado el candidato.

Frente al sistema tradicional de selección, el de competencias o de selección estratégica parte de la idea de volatilidad del mercado, de entornos socio-economicos cambiantes, de globalización sin existencia de fronteras, a lo que se añade en Derecho la constante actualización normativa como una necesidad diaria en nuestro trabajo.

Esta volatilidad es a mi modo de ver el motivo por el que resulta importante el giro de ruta hacia el sistema de competencias, simplemente porque el anterior método, donde el objetivo principal era seleccionar una persona que simplemente desarrollase a la perfección su trabajo teniendo los conocimientos precisos para ello, no nos asegura que ese candidato sea eficaz en el futuro ante un cambio, y ahora, saber si ante una variación de escenario laboral el candidato pude mantener, o incluso incrementar, su productividad en las nuevas condiciones de trabajo a las que habría de adaptarse como empleado, y en concreto como abogado, es fundamental.

Hoy en día las selecciones en los Departamentos de Recursos Humanos de despachos profesionales y empresas, además de controlar tu identidad online -de lo que hablaremos en otro post- ponen especial hincapié en el método de selección por competencias mediante el que evalúan las capacidades del candidato. Un abogado, además de precisar los conocimientos legales necesarios, ha de tener habilidades como saber trabajar en equipo, capacidad de liderazgo o de mediación, y facilidad en relaciones interpersonales; ya que, en los procedimientos judiciales y en asesoramientos jurídicos tendrá que trabajar creando argumentaciones sobre cuestiones legales y resultar convincente, estas exposiciones no sólo serán escritas sino que también exigen su consiguiente exposición oral, subrayando la importancia de saber comunicarse y de hablar en público, competencia en ocasiones no demasiado desarrollada en el periodo formativo en general, ni en particular, en la formación universitaria.

Es preciso distinguir entre capacidades conductuales y técnicas. Dentro de las capacidades conductuales destaco la importancia de la capacidad de análisis, del trabajo en equipo, la comunicación interpersonal, el impacto e influencia y la habilidad de negociación. En el grupo de competencias técnicas resultan más relevantes los conocimientos de regulaciones jurídicas sustantivas y procesales, su capacidad para actualizarlos, los idiomas, aspectos concretos por áreas de conocimiento, y no perder de vista marcos jurídicos nacionales e internacionales; por añadidura, un perfecto manejo en la red es algo obvio. Si tratásemos de seleccionar seniors, resultarán de interés los indicadores de desempeño, tales como número de asesoramientos prestados, volumen de casos abiertos al tiempo, emisión de informes en plazo o número de sentencias favorables.

La abogacía es una profesión donde no sólo es necesario conocer el Derecho, sino que factores de inteligencia emocional y caracteres imprescindibles como la integridad personal y profesional han de ser altamente valorados. El interés por el Derecho, la labor investigadora, la organización, la efectividad y la preocupación por la calidad de los trabajos son aspectos cruciales, y siempre exigiendo como base la más adecuada preparación académica.

Por todo ello, la selección por competencias observará nuestros conocimientos técnicos pero no se quedará ahí, tratará de averiguar lo que seremos capaces de hacer en el futuro, nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios; en definitiva, nuestras habilidades en un entorno de trabajo cambiante; y eso, es lo que nos distinguirá del resto de candidatos, donde nuestros aspectos diferenciales serán la clave del éxito.

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