Hojas de reclamaciones en 5 pasos

Si no reclamas tus derechos seguramente estás perdiendo dinero

En ocasiones ante un mal servicio o un producto defectuoso no se utiliza una hoja de reclamación simplemente porque se duda de su efectividad; pero, las hojas de reclamaciones son más útiles de lo que crees y, además, es el modo correcto de realizar una reclamación en materia de consumo.

Es preciso aprender a utilizarlas, saber más sobre ellas y así desterrar algunos mitos, te resumo todo ello en 5 pasos:

1.- La finalidad de las hojas de reclamaciones es defender a los consumidores y usuarios ante bienes, productos o servicios que no cumplen con las características por las que se han adquirido y por las que se ha pagado un determinado precio.

2.- Están obligados a tenerlas a disposición de los consumidores y usuarios todos los establecimientos, todas las personas físicas o jurídicas que comercialicen bienes o servicios, de lo contrario podrán ser sancionados por la autoridad administrativa.

Incluso han de hacer constar su existencia y puesta a disposición del consumidor mediante anuncios visibles en el establecimiento.

3.- Si el establecimiento no las facilitase al consumidor que las solicita bajo cualquier pretexto para obstaculizar la reclamación, deberá el reclamante llamar a la Policía Municipal para que levante acta de la carencia de estas hojas o de la negativa a entregártelas. E igualmente podrá denunciarse ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor territorialmente competente.

4.– Las hojas de reclamación han de ser auténticas, es decir, las de la Dirección General de Consumo, y en realidad han de entregarte 3 copias,  de 3 colores diferentes, una quedará en poder del establecimiento y las otras 2 obligatoriamente han de ser entregadas al consumidor reclamante; es decir, una será para ti y la otra para que le enviés a la Administración, a la oficina de Consumo.

5.- La utilización de estas hojas de reclamación permiten poner en conocimiento de la Administración un mal servicio o un defecto de un producto, incluso reclamar una indemnización por los daños y perjuicios sufridos por el consumidor.

Por ello, conserva en tu poder todos los documentos, desde folletos a facturas para aportarlos como pruebas adjuntas a la copia de la hoja de reclamación que remitas a la Administración que deberá ir firmada por ti,  ante el organismo de consumo de la Comunidad Autónoma que sea la competente territorialmente.

Y recuerda quedarte siempre con copia sellada de todo lo que entregues en Registro o envíes por correo certificado con acuse de recibo.

Lo ideal es llegar a una solución amistosa -de hecho, esa es la finalidad de los servicios de atención al cliente- que evite una hoja de reclamaciones; pero, si no es posible tienes el derecho a utilizarlas para defender tus derechos e incluso reclamar tus indemnizaciones.

Que nada te impida reclamar tus derechos como consumidor, especialmente ahora que sabes cómo utilizar correctamente las hojas de reclamaciones.

 

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