ESTAFAS CON IMPRESORAS 3D

 

UN MAL USO DE LAS IMPRESORAS 3D PONE EN PELIGRO DERECHOS DE AUTOR DE OBRAS DE ARTE

La primera vez que oí hablar de las variadas utilidades de la impresión 3D fue en un tren en el que coincidí con un guardaespaldas que me contó como había visto armas en Afganistán cuyas piezas habían sido fabricadas en una impresora 3D y que no eran detectadas por los controles de seguridad de los aeropuertos.

Pero, esta nueva tecnología, que se abre paso poco a poco entre nosotros, lo hace también en ámbitos mucho más pacíficos donde están  demostrando sus bondades.

Hasta su invención tan sólo conocíamos las copias en dos dimensiones, planas, alto por ancho; pero, la tecnología digital va ampliando sus horizontes; así, la medicina está aplicando con éxito el 3D y ha pasado de reproducir con este sistema tejidos duros, como huesos, a tejidos blandos como reproducciones de tumores detectados en enfermos para su estudio previo antes de la cirugía, lo que incrementa el número de éxitos quirúrgicos.

Europapress también ha señalado la reducción de gasto que para la administración sanitaria va a suponer el uso de esta tecnología de impresión 3D en muchos ámbitos.  E instituciones como CENTAC, que vela por el acceso de personas con discapacidad, mayores y sus familias a las nuevas tecnologías ,tiene ya a disposición del público una impresora de este tipo.

Los costes astronómicos iniciales de las impresoras 3D han pasado a convertirse en un coste más o menos asumible, unos 2000 euros, e incluso, ahora una  propuesta lanzada por crowfunding, a través de Indiegogo, vende a 110 euros impresoras 3D para los primeros 500 participantes.

Su generalización se incrementa. Los expertos dicen que lo ideal es que se utilicen en su creación códigos abiertos que permitan intercambiar ideas entre técnicos que busquen el avance de esta tecnología, en esa lucha hacia una accesibilidad más amplia.

Pero, se está demostrando también que algunos derechos, especialmente los derechos de autor, se están enfrentando a un nuevo reto, las reproducciones ilegales que se están detectando de  determinadas obras de arte que se exponen a incautos y poco expertos compradores, tanto de forma online como presencial, y que están creando un nuevo modo de fraude en la red.

Consiste en ofrecer copias por originales, plagiando obras de arte, especialmente pequeñas esculturas, que se ofrecen como exclusivas. Una doble vía donde los delincuentes unen la infracción de los derechos de autor y la estafa,  ambos delitos tipificados en el Código Penal, en los Art. 270 CP y Art. 248 CP, respectivamente. Pero, las estafas no se paran en las obras de arte, la creatividad de los autores de estos delitos es el límite y se propagan a gran velocidad.

Con estas acciones ilegales el mundo de las impresoras 3D abre nuevas líneas de investigación jurídica,  tecnológica y criminalística; cuyo contrapunto se enmarca en su legal y mejor uso demostrado ya en el ámbito de la investigación científica.

Como el bien y el mal de cualquier nuevo invento, todo dependerá de la intención de quien pulse el botón de “ON“.

Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente.