La leyenda del fantasma del Tribunal Supremo

La leyenda del fantasma del Supremo

 

Narrar la historia de una subhistoria puede convertir una versión de una antigua leyenda, en sólo una fábula de Tribunales; pero, hoy os la cuento, porque en ocasiones una historia intrascendente nos permite desconectar un par de segundos de nuestra rutina diaria. Si es así, bienvenida sea.

La leyenda sobre un fantasma en el Tribunal Supremo sigue narrándose entre las paredes del Palacio de Justicia para todo aquel que quiera oírla. Y al margen de su dudosa existencia todos se preguntan por su origen y se interesan por quién puede ser ese alma atormentada, y si sigue aún paseándose por las estancias de este antiguo convento convertido en Tribunal de Justicia.

Los que conozcan la historia del Palacio pensarán que algo puede tener que ver el gran incendio que muchos años atrás arrasó el Tribunal. Una sala de la casa del Presidente cuya vivienda se situaba entonces sobre la actual segunda planta, ardió probablemente debido a un fallo de una chimenea. La construcción en aquel entonces a base de vigas de madera hizo que el fuego devorase el edificio a gran velocidad; pero, no, nadie falleció; así que, el origen del fantasma no puede venir de ahí.

Por ello, las opiniones del origen del fantasma de la leyenda se dividen entre las ánimas enterradas en el patio del viejo convento y en la Iglesia anexa de Santa Bárbara, o entre la posibilidad de que se trate de algún condenado no demasiado contento por su sentencia dictada por el Alto Tribunal. Los Letrados tendemos a pensar que se trata de un abogado a la espera de la notificación de una Vista de un caso de esos que se “eternizan”;-); pero, lo cierto, es que dicen que resulta ser pacífico y, al parecer, un hombre.

Sea cierta o falsa, la leyenda sobre el fantasma que recorre los pasillos del Tribunal Supremo ha existido desde hace años y sigue siendo contada en la actualidad. Se sabe poco, sólo es que inofensivo, le gusta asistir a las Vistas y que no le apetece nada que le hagan fotografías.

Hoy traigo a colación esta historia a petición de alguno de vosotros y porque según me cuentan, al parecer no hace mucho, un trabajador absolutamente incrédulo respecto a esta historia -que debe ser la primera que te cuentan cuando trabajas allí- realizó un selfie con un compañero de trabajo y tras de ellos apareció la imagen del fantasma capturada por primera vez en un Smartphone. Supongo que nuestro fantasma no debe estar al tanto de nuevas tecnologías y no esperaría tanto avance en un artefacto tan pequeño.

Por ahora, dicen que la fotografía se conserva fuera de las redes sociales; pero, quién quita que más pronto de lo que esperemos este fantasma conozca la difusión de las redes sociales y se vea abocado a navegar deambulando involuntariamente por la “Nube” toda la eternidad.

Si eso ocurre, y su foto aparece en la Red las nuevas tecnologías habrán dado al traste con el deseo de quien tantos siglos ha permanecido sin querer abandonar las más silenciosas estancias del Palacio de Justicia y, desde luego, sin nada querer saber de “Nube” alguna, celestial o digital.

Sea o no sea cierta la leyenda, podemos extraer una moraleja, las redes sociales hay que manejarlas con cuidado porque está demostrado que pueden terminar en un click con la reputación y el misterio de hasta el  más oculto, tranquilo, antiguo y legal de los fantasma, el del Supremo.

¿Llegaremos a verle solicitando el derecho al olvido en Google? 😉

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