ORIGEN E HISTORIA DE LOS SEGUROS (PARTE I)

ORIGEN E HISTORIA DE LOS SEGUROS

Si tuviésemos que fechar el origen de los seguros tendríamos que viajar en el tiempo a la antigua Babilonia, y sumergirnos en una curiosa e interesante parte de la Historia muchas veces desconocida.

Podríamos decir que la figura de los contratos de seguro nacen del código Hammurabi, rey de Babilonia (1955-1912 a.C.). Un interesante artículo de la Mutualidad de la Abogacía del mes de septiembre de 2013 nos recordaba que surgen en este reino los contratos llamados “a la gruesa aventura“, mediante los mismo se concedían créditos a los comerciantes y navieros en Babilonia con un elevadísimo interés; de tal manera que si el viaje finalizaba con éxito, el navegante pagaba el préstamo acordado; lo que, generaba un evidente beneficio para el prestamista; pero, si fracasaba el viaje, el prestamista no cobraba nada del naviero y tenía que cargar con los gastos de pérdidas de lo asegurado. Un tipo de contrato que se mantuvo durante mucho tiempo en activo; de hecho, se dice que los propios Reyes Católicos utilizaron un préstamo a la gruesa en los viajes de Colón.

Este problema es que el sistema producía muchas veces la quiebra, del comerciante si los intereses eran usurarios, y también la quiebra del prestamista, cuando la pérdida del valor de la mercancía por la que debía responder era superior a lo inicialmente calculado. 

Las situaciones de catástrofe van unidas a la historia de la Humanidad, y por ello, más adelante, el Talmut de Babilonia creo un nuevo sistema con el fin de atender a grandes catástrofes que afectaban a su población.

El Talmut ideó un impuesto, una recaudación popular de la que se encargaban entre otros jueces, y sacerdotes, por la que se creaba un fondo de dinero para ayudar a toda la comunidad babilónica ante un desastre o una calamidad.

Rudimentarias indemnizaciones por accidente laboral, y aseguramiento de pérdidas de caravanas en el desierto, datan también de este pueblo babilónico.

Egipto, por su parte, destacó por sus conocidas ayudas económicas en ritos funerarios; y más adelante, en el tiempo, unidos también a ritos funerarios los griegos crearon las Guildas como fondos de grupos religiosos que recaudaban dinero destinado a cubrir los gastos de entierro de sus ciudadanos, estas Guildas incluían la entrega de una pequeña cantidad adicional a la familia del fallecido.

Este curioso sistema de financiación griego funcionaba a posteriori; es decir, era satisfecho después por los supervivientes del fallecido quienes pagaban dichos gastos funerarios una vez realizados.

Las Guildas se extendieron hasta la Edad Media e incluyeron también socorros mutuos por accidentes, enfermedad o incendios.  

También en Grecia la Ley de Rodas constituyó una gran protección para el comercio marítimo digna de mención y de la que partiremos hablando en el próximo post. (continuará).

 

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